Reducción del 100% en muertes maternas directas evitables de gestantes migrantes en Barranquilla.
La capital del Atlántico se consolida como referente nacional en salud inclusiva al lograr la reducción del 100% en muertes maternas directas evitables de gestantes migrantes, a través del programa Voy a Ser Mamá.
La estrategia permitió garantizar atención integral a 426 mujeres venezolanas en condición irregular, quienes recibieron controles médicos especializados en ginecología y obstetricia, psicología, medicina general, odontología, nutrición y enfermería, dentro de la Ruta Materno Perinatal.
Este piloto fue liderado por la Fundación Santo Domingo, en alianza con la Secretaría Distrital de Salud de Barranquilla, MiRed IPS, la Universidad Simón Bolívar y la asesoría técnica de Instiglio, bajo un esquema innovador de Contrato Basado en Desempeño (CBD) o Pago por Resultados, el primero de su tipo implementado en Colombia.
Voces que respaldan el éxito
“La financiación basada en resultados transforma la inversión social. Este piloto reafirma nuestro compromiso de generar bienestar y abrir camino a modelos aplicable en salud, empleo, educación y medioambiente”, afirmó Daniel González, director de Inversión de Impacto de la Fundación Santo Domingo.
“Esta experiencia exitosa demuestra que cuando unimos esfuerzos es posible transformar no solo indicadores, sino la vida y el bienestar de las personas”, destacó Carlos Cervantes, secretario de Salud (e) de Barranquilla.
“El modelo consolida un sistema de salud inclusivo que salva vidas y mejora el acceso integral de poblaciones vulnerables”, aseguró Hernán Valle, coordinador de Ginecología de MiRed IPS.
La Universidad Simón Bolívar realizó el seguimiento académico de los resultados, mientras que Instiglio sistematizó la experiencia y documentó las lecciones aprendidas, con el propósito de que este modelo pueda replicarse en otras ciudades del país y de la región.
Un modelo con legado
El piloto "Voy a Ser Mamá", representa un hito en el sistema de salud colombiano, al demostrar que la articulación público–privada y académica puede salvar vidas, reducir inequidades y ofrecer un camino sostenible hacia un futuro más justo y equitativo.
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