El acuerdo entre El Salvador y Estados Unidos, anunciado el 3 de febrero de 2025, representa un hito significativo en la cooperación bilateral en materia migratoria y de seguridad. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, aceptó recibir en la mega cárcel de su paÃs, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), a migrantes indocumentados detenidos en Estados Unidos por crÃmenes graves, e incluso abrió la posibilidad de albergar a presos de nacionalidad estadounidense. Este acuerdo fue calificado como "sin precedentes" por el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, quien destacó la oferta de amistad de El Salvador como única en su tipo.
El acuerdo se enmarca en los esfuerzos de Estados Unidos por establecer a El Salvador como un "Tercer PaÃs Seguro", similar a lo intentado durante el primer mandato de Donald Trump (2017-2021). Esto permitirÃa a Estados Unidos deportar a El Salvador a migrantes de otras nacionalidades que hayan cometido delitos graves, como miembros de pandillas como la Mara Salvatrucha (MS13) o el Tren de Aragua.
Bukele explicó que el pacto se limita a aceptar únicamente a "criminales convictos", incluyendo aquellos con nacionalidad estadounidense, y que Estados Unidos pagarÃa una tarifa por este servicio, lo que ayudarÃa a que el sistema penitenciario salvadoreño sea sostenible. Este enfoque de "subcontratación" penitenciaria es inédito y refleja la disposición de El Salvador de asumir un papel más activo en la gestión de desafÃos migratorios y de seguridad regional.
El acuerdo ha generado reacciones mixtas, con algunos elogiando la cooperación bilateral y otros cuestionando las implicaciones éticas y legales de trasladar presos a un paÃs extranjero. No obstante, ambos gobiernos lo presentan como una solución innovadora para abordar problemas compartidos en materia de seguridad y migración.
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